martes, 5 de agosto de 2008

La solución a todos los problemas, parte II

There is no worse tyranny than to force a man to pay for what he does not want merely because you think it would be good for him.
-- Robert A. Heinlein


Juan XXI tiene un campo, que estuvo en su familia desde que existen registros. Si este campo fue originalmente comprado al que pasara por Estado en su momento, o si simplemente un buen día vino Juan I, puso una cerca y declaró "éste es el feudo de los Juan", no se sabe y ya no importa. El campo es suelo fértil, pero a Juan no le importa mucho. Juan tiene unas cuantas vacas, que se alimentan del suelo y que producen suficiente carne para darle una ganancia. Invertir en mejorar la eficiencia de su suelo tal vez le daría mayores ganancias, pero no mucha. El costo de esta inversión sería un riesgo grande para él, y tendría que pagar muchos más impuestos. Juan no es demasiado ambicioso y decide que no vale la pena.
Un buen día Juan se entera que tendrá que pagar un impuesto mucho más alto por el terreno. De repente el campo le da pérdida. Pero así como subió enormemente este impuesto, bajaron todos los demás. Juan se da cuenta que la inversión inicial que necesita para maximizar el uso del campo es mucho menor al bajar el IVA, y que la amortizará aún más rápido gracias a las rebajas en los impuestos a los sueldos, las exportaciones, los combustibles y el mismo IVA. Juan se vuelve ambicioso, invierte y hace más plata, genera fuentes de trabajo, aumenta las exportaciones y mejora la balanza comercial del país. O Juan sigue sin ser ambicioso, y vende su terreno enseguida a una de las muchas empresa con capacidad y ganas de hacer esta inversión que empezaron a aparecer en el mercado desde que las leyes cambiaron.
Juan se queda con su apartamento en la ciudad, y como el resultado de su venta no alcanza a pagar el nivel de vida que pretende se busca un trabajo no demasiado calificado, pero que ahora le reporta un sueldo más que digno tanto en términos netos por la reducción del IRPF como en términos reales por la baja del IVA, y pagando una contribución compartida con los copropietarios del edificio y más que razonable para la infraestructura de su barrio.

El Impuesto al Valor del Suelo por un terrero se paga igual no importa el uso que se le dé al terreno. A diferencia de otros impuestos, al aplicarse sobre un bien de oferta absolutamente inelástica, la renta depende de lo que los ocupantes están dispuestos a pagar por el uso de la tierra, no por los costos del propietario, y su costo no es por tanto transferible a los ocupantes.


El Impuesto al Valor del Suelo es así de simple; y su implementación exitosa se basa en tres factores:
- Tiene que ser calculado de forma equitativa, y tiene que poder ser ajustado de forma lo bastante flexible para que refleje cambios en el valor de la tierra. (Algo que se debería aplicar a cualquier impuesto).
- Tiene que ser posible siempre determinar el propietario del suelo a quien le corresponde pagar la factura (Algo que no debería ser complicado en un país semi-desarrollado con un sistema legal coherente).
- Tiene que aplicarse gradualmente, buscando siempre el punto justo que permita asegurar un ingreso suficiente para el Estado y a la vez no genere una caída tan brusca en el precio de las tierras que éstas sean abandonadas (Un equilibrio que es alcanzable, y que estoy seguro que es más fácil de calcular que el IRPF).

A mi entender hay otro pilar tan importante como los demás, que pasa por el de la mentalidad del pueblo. Todas las implementaciones de este sistema tributario fueron exitosas en su momento, hasta que fueron anuladas o desvirtuadas por las tentaciones del Estado: mantener artificialmente altos los precios de la tierra para asegurar una recaudación alta, como en Hong Kong (a pesar de lo cual sigue siendo uno mejores ejemplos de este sistema en su actualidad); no disminuir los demás impuestos de forma acorde y usar el superávit para "responsabilidades sociales" como en Dinamarca - y acá tengo que hacer una corrección a mi post anterior, ya que pensaba que el sistema se aplicaba actualmente en Dinamarca, y de hecho sólo se aplicó unos 7 años a fines de la década del '60, aunque lo excepcional de sus resultados explica buena parte del estado de bienestar que el país mantiene hoy en día. Los otros Tigres Asiáticos, así como Estonia y algunos otros países chicos europeos, establecen una diferenciación clara entre el impuesto al valor del suelo y al del valor agregado, y perciben un porcentaje significativo de su recaudación del primero.

Pareciera ser algo sólo aplicable fugazmente y en países chicos, donde la tierra escasea y se la percibe como un bien fundamental y comunal; pero existen propuestas e implementaciones a nivel regional en países tan grandes como Australia.
Los intereses corporativos y las debilidades humanas han atacado este sistema implacablemente cada vez que intentó imponer, y aún cuando fue eventualmente anulado, los resultados producidos durante su breve período de implementación cuentan como sonoras victorias.

Somos débiles, somos egoístas, somos burros, pero de a poco nos damos cuenta de las cosas.
Un día nos terminamos de dar cuenta que nadie tenía el derecho divino de regir nuestras vidas, y las cabezas de los reyes cayeron.
Y un día nos vamos a terminar de dar cuenta que nadie tiene el derecho de decidir sobre el fruto de nuestro trabajo, y la cabeza de la langosta va a caer.

Donde exista un impuesto al ingreso, el justo pagará más, y el injusto pagará menos, por el mismo ingreso.
-- Platón

lunes, 7 de julio de 2008

La solución a todos los problemas, parte I


I AM DEATH, NOT TAXES.
I TURN UP ONLY ONCE.

-- (Terry Pratchett,
Feet of Clay)

La economía del mundo se basa en el robo. Los Estados dependen para su supervivencia de robar una fracción de mi sueldo cada mes, del robarme un porcentaje del valor de mi patrimonio, de un porcentaje del valor de todo lo que compro, de un porcentaje de todo lo que vendo. Este robo es legal y su ejecución obligatoria, bajo pena de multas, embargos, o prisión.
El Estado, a cambio de todo lo que nos roba, debe darnos cosas a cambio, en particular debe proveer servicios básicos de infraestructura, transporte, educación y salud. En mayor o menor medida, compensamos parte de esta pérdida robando nosotros mismos. Le robamos a otras personas el derecho de usar la tierra que poseemos, le robamos cualquier fracción de los beneficios que obtenemos cuando nuestra tierra aumenta su valor gracias al efecto de la sociedad.
La Constitución y las leyes establecen a grandes rasgos los términos de este "contrato", y si bien son susceptibles de modificaciones por voluntad popular, eso no cambia el hecho de que es un contrato que nunca firmamos ni podemos rescindir. El sistema nos condena a ser robados y a tener que robar a nuestra vez, durante toda nuestra vida útil. Es un sistema que fomenta la desconfianza y la especulación, por no hablar de inflación, endeudamiento y recesiones.
Y esto no es un invento del capitalismo, por si algún desnorteado de esos que, a pesar de tener a toda la realidad en contra todavía se niegan a meterse abajo de una piedra y morirse, cae en esta página. Hasta acá esto se aplica en mayor o menor medida a prácticamente todos los Estados de la historia de la humanidad. En Uruguay se aplica de forma especialmente cruel, donde la suma combinada de lo que se nos roba por nuestro trabajo y nuestras inversiones es tan grande que no sólo motiva la ilegalidad, sino que llega a desmotivar el trabajar e invertir en un primer lugar.

En un principio no parece que existiera una alternativa mejor, y cualquiera que se proponga suena a utopía. Pero yo creo que utopías son solamente aquellas que dependen de una violación de las leyes de la física. Cualquier utopía que esté al alcance de un solo ser humano, tiene que poder ser aplicable a una sociedad entera, así tome 100 o 10.000 años. El comunismo no es una utopía, simplemente es una inmoralidad. La anarquía tampoco lo es; simplemente nos falta mucho para estar en condiciones de llevarla a buen término.


No soy ningún experto en economía, por lo que no voy tratar de inventar nada. La alternativa que pienso defender de ahora en más, no es un invento mío ni es algo reciente. Se fundamenta en principios éticos formulados desde tiempos bíblicos (seguramente anteriores también, todos sabemos que no hay una sola palabra en la Biblia que sea original), y fue promovida por distintos movimientos políticos desde el siglo XVII (que yo sepa). Y ante todo, es bien simple: Por el único elemento que un ser humano debería ser obligado a tributar a una sociedad, es por el uso de la tierra.
Esto es el criterio llamado Impuesto al Valor del Suelo o Renta a la Propiedad del Suelo.

Hay una distinción fundamental a establecer desde un primer momento, y es entre el suelo o la ubicación, y lo que el mismo produce o el inmueble que sobre él se construye. El valor del primero está dado por la sociedad, el valor de lo segundo está dado por su propietario. En un entorno urbano, el valor de un terreno está dado por su ubicación relativa y accesibilidad a los servicios públicos, higiene ambiental, criminalidad del entorno, etc. En un campo, el valor está dado por el valor que al sociedad le da a lo que el campo sea capaz de producir. En otras palabras, el valor de la tierra no es un derecho natural inherente, sino algo que determina una sociedad.
Toda la sociedad podría en teoría beneficiarse de ese suelo, sin embargo sólo uno es el propietario. El propietario del suelo, por derechos de propiedad, le quita al resto de la sociedad la posibilidad de obtener beneficios de ese suelo. Es decir, está tomando algo de la sociedad, y por ende debe devolver algo a cambio. Por ende debe pagar un impuesto (renta sería la palabra más adecuada) por el usufructo del suelo. Pero NADA MÁS.
Lo que uno construye en ese suelo, el valor agregado sobre el mismo, es de uno. Ningún impuesto que se cobre en relación al mismo, ni por el alquiler o la propiedad del inmueble, si por la exportación del producto o la ganancia neta producida por el mismo, debería ser legal. Pero si uno no le da un uso productivo a su suelo, estará pagando un impuesto por algo que no le reditúa beneficios, y por ende le conviene venderlo a alguien que pueda hacer mejor uso del mismo.

Voy a tratar de exponer en un próximo post los efectos de esta política, pero a grandes rasgos esto lleva a un uso más eficiente de los recursos limitados, y también a más tierras a la venta en el mercado; eventualmente los precios de las tierras bajan. El espacio para la especulación y la corrupción se minimiza. Esto mas la reducción de los impuestos laborales le da un impulso enorme a la inversión, y tras esta viene todo lo demás.

Por qué un modelo tan bueno no se ha impuesto universalmente? Por lo mismo que la democracia tardó miles de años en imponerse. Por lo mismo que no se han desarrollado suficientes fuentes de energía alternativas para reemplazar al petróleo. Pero se ha aplicado en diversos lugares y épocas, desde el Japon del siglo XIX a la Dinamarca actual, en distintos grados, siempre con resultados positivos. Y se va a imponer, tarde o temprano.

La langosta tiene que caer.

How can a man be said to have a country when he has not right of a square inch of it
--
(Henry George)

sábado, 21 de junio de 2008

Grant Morrison y el Genocidio uruguayo

Sí, se supone que éste no es un blog de cómics. Pero creo que esta cuestión va más allá de los cómics, es una cuestión de dignidad nacional. Y sí, esto pasó hace casi 10 años. Pero yo me enteré hoy. Y si hay algo que este gobierno me ha enseñado con su anual "Día del Nunca Más" (sí, necesitan decirlo todos los años), es que las maldades del pasado no pueden quedar tapadas, no se puede simplemente dar vuelta la página. Acá se cometió un acto terrible y que por lo que he podido ver, nadie denunció el hecho en su momento, nadie organizó un concierto benéfico para familiares de las víctimas, y nadie creó la ONG "Madres del One Million"

Recorriendo una tanda de historias de la Liga de la Justicia de América (JLA para los fans de DC y de las abreviaturas), me encuentro con una de la que había oído hablar hace años pero nunca me molesté en leer, en parte porque era especialmente absurda en su planteo. No voy a contar los prolegómenos porque sólo le van a interesar a los geeks que probablemente ya lo conozcan, pero el caso es que un archivillano recurrente de la serie se afana unas armaduras/misiles nucleares que le quedaron de sobrante a la URSS, y se le da por apuntar uno de ellos contra Washington DC, pero con tan mal timing que justo lo hace en el momento en que la Tierra es invadida por un virus tecno-órganico futurista que enloquece a todas las máquinas, el misil se desvía de su curso y ante la impotencia de los superhéroes que JUSTO estaban complicados con otras cosas, termina cayendo en.... sí, Montevideo


Así nomás.. nos limpiaron a todos. Y por error. No sobrevivió ni Sanguinetti ni Mujica ni ninguno de los interminables políticos/cucaracha que tenemos.

Lo peor de todo es que a pesar de las expresiones horrorizadas de los superhéroes que vinieron a limpiar los restos y el pánico mundial, no se le dió demasiada trascendencia al hecho en sí, con las excusas de que el virus éste estaba colapsando la civilización y varios de los Super Amigos estaban atrapados en el futuro.. como si no fueran a volver, una y otra vez...



El ideólogo de nuestro espantoso genocidio es el escritor Grant Morrison, a quien le pareció divertido atomizar nuestra capital para dar inicio a su maxi-serie DC One Million. El número en cuestión apareció en noviembre de 1998, DC One Million #1. Y ni siquiera hubo un mea culpa, en todo este tiempo; y ni siquiera se siguió mencionando el hecho en los años siguientes.
Para ver si esto seguía siendo vigente, entro al Atlas del Universo DC , me entero que no sólo la ciudad sigue destruída, sino que la ciudadela flotante que más tarde construyeron sobre la zona cero tambíen fue destruída después. O sea que en uno de los más importantes universos ficcionales de nuestro tiempo, Montevideo es un grandísimo cráter, y a nadie le importa mucho.

Para un pueblo con la vista fija en el pasado como el nuestro, la pretensión punitiva de tamaña atrocidad no puede disminuir con el tiempo. Denunciemos este genocidio ante las más altas esferas de la justicia internacional!!!!!

Bueno ta, pa la próxima escribo algo en serio, prometo....

viernes, 13 de junio de 2008

Señores candidatos











De mi mayor consideración:


Han sido cuatro años de un gobierno sin sorpresa alguna, que cumplió al pie de la letra con lo prometido. Prometieron revanchismo, y lo cumplieron. Prometieron robarme todo lo que pudieran, y lo están haciendo. Prometieron aumentar la inseguridad y lo hicieron. Prometieron mantener todas las estructuras de ineficiencia, clientelismo, despilfarro y corporativismo heredadas de gobiernos (y oposiciones) previas, así como todos los quistes mentales que aquejan a esta sociedad, y no sólo lo cumplieron, sino que en muchos casos se arreglaron para fortalecerlas. Prometieron conflictos sindicales inarreglables cuando la gente que no entendió lo que estaban prometiendo se sintera defraudada, y lo cumplieron.
Todo lo que prometieron, lo cumplieron. Todo lo que hicieron, lo habían anunciado durante la campaña. Para ustedes, señores candidatos del partido de gobierno, no hay reproches; fueron el más perfecto ejemplo de cristalinidad.
Por otro lado, ustedes señores candidatos de los partidos de oposición, sí defraudaron. Tras haber prometido ser una oposición seria, fueron el peor ejemplo de pequeñez intelectual posible. Se limitaron a escandalizarse por los robos menores, interpelar ministros sin argumentos claros, y adular a sus disminuidas, intrascendentes bases electorales. No es que realmente esperara una gran cosa de ustedes, pero sí lograron algo que pensaba muy difícil, lograron que me decepcionara más aún de la posibilidad de que exista una alternativa al gobierno actual.

Señores candidatos todos, no me malinterpreten, mi descarga no va contra ustedes, tengo claro que son sólo el reflejo de la sociedad que los votó y que los engendró en un primer lugar, así como engendró a la prensa insípida, cómplice y embrutecedora que padecemos.
Mi intención en la presente no es más que hacerles un pedido de cara a la próxima campaña electoral que está comenzando y que consumirá otra porción nuestros dineros públicos, nuestro tiempo y nuestra paciencia.

Prometanme lo que quiero. Prométanme lo que este país necesita de verdad. Al menos una vez.
No pido que centren su campaña en eso, sé que a mucha gente de este país no le interesa escuchar verdades, sé que pueden ganar muchos, muchísimos más votos mediante el populismo. Simplemente menciónen los grandes problemas de este país como lo que son, aclaren cual es su posición al respecto, anuncien que tienen un plan, delineen en pocas palabras cuál sería la dirección que tomarían, y después pueden concentrarse en hablar del empleo, la corrupción, los jubilados, y todos esos temas que llaman la atención.

Ni siquiera, tomen nota de esto, estoy pidiendo que cumplan estas promesas. Por supuesto, tendrán que cumplirlas para que los vuelva a votar en el futuro, pero para que los vote en estas elecciones basta con que lo digan. Estoy dispuesto a creerles. Después de todo, que alternativa tengo?

Digan que la falta de abastecimiento energético es una traba insalvable para el desarrollo y la calidad de vida, digan que la vamos a sufrir por culpa de la falta de capacidad y previsión de un ente monopólico estatal que jamás antepuso el interés general al propio, digan que la energía nuclear es la única solución sutentable y que la absurda prohibición de investigar e invertir en ese campo se va a acabar; díganlo aunque cuando esta inversión rinda frutos quizá haya otro partido en el gobierno. Prometo que me voy a acordar.

Digan que la inamovilidad de los funcionarios públicos es una aberración contra la democracia y la salud mental de una sociedad, y que se va a acabar. Digan que el Estado necesita una reforma profunda, necesita hacer menos y hacer mejor, necesita producir, necesita robarle menos a los ciudadanos.

Digan que el sistema tributario actual no solo es profundamente injusto, sino que es recesivo, digan que necesitamos un sistema más simple que aliente la inversión y el trabajo; idealmente digan que esto sólo se alcanza con un monotributo basado en la propiedad de la tierra y nada más, pero ya no pido tanto. Digan que el sistema de previsión social actual es una carga insoportable para una población envejecida, digan que tiene que cambiar a uno basado en el ahorro personal; díganlo aunque sea dificilísimo de implementar.

Digan alguna de estas cosas, cualquiera de ellas, y tienen mi voto. El mío y el de mucha gente que piensa como yo. No somos ni seremos sus bases, y entiendo que las quieran conservar aún a costa de decirles cosas que contradicen todo esto. Pero díganlas; demuestren que al menos son concientes de las cosas importantes. Tan bajo es el estándar de la clase política uruguaya actual, que solamente eso sería un avance suficiente. El pedir una ejecución efectiva puede quedar para un próximo período.

Se disponen a bombardearme durante un año con publicidad sin contenido, con actos y manifestaciones molestos, con muchísima basura en las calles, con comunicados instrascendentes, con promesas que no me interesan, con demagogia y pedorrez insoportable. Y me lo voy a bancar todo, pero sólo pido esto a cambio. No es tanto; háganme el gusto, por una sola vez.

Sin más, me despido atentamente.
Un votante y empleador



"Let's get out and vote!
Let's make our voices heard!

We've been given the right to choose Between a douche and a turd
It's democracy in action,
Put your freedom to the test,
A big fat turd or a stupid douche,
Which do you like best?"
- sí, obviamente, South Park

viernes, 16 de mayo de 2008

Gente como uno


Casi todas mis opiniones parten de un convencimiento que si bien intuía de toda la vida, sólo alcancé en los últimos años: no existe el libre albedrío. Las personas, aún en sus ocupaciones más elevadas y racionalmente avanzadas, en el fondo actúan siempre, absolutamente siempre, movidas por dos instintos biológicos, y bien simples: sobrevivir y reproducirse. Todo lo que hacemos puede interpretarse en términos de buscar una ventaja competitiva para satisfacer mejor una o ambas necesidades.
Esto, si bien suena espantoso, no lo es necesariamente ya que la complejidad que alcanzan nuestros cerebros nos impide ver directamente los mecanismos que determinan nuestras desiciones, y de esta forma experimentamos una ilusión de libre albedrío, una abstracción que a efectos prácticos hace a la vida tolerable.
Por otro lado, cuando uno parte de esta base, no le es difícil entender que la gente es esencialmente desagradable: el egoísmo y el miedo pesan mucho más que cualquier actitud o sentimiento positivo, por la simple razón de que son fuerzas primarias que actúan en toda situación, y lo demás son sofisticaciones que sólo salen a relucir cuando las circunstancias son propicias.
Cómo se puede ser optimista respecto a la vida y la humanidad partiendo de esta base? Es difícil, pero creo que estos mismos instintos pueden encausarse en la dirección correcta. Esto requiere del entendimiento de que nuestra supervivencia y prosperidad a largo plazo es superior si dejamos de gastar energías en someter al otro, y por el contrario favorecemos un entorno donde la prosperidad del otro favorezca la mía propia.

Si, ya sé: los instintos no piensan a largo plazo. Y esto se aplica a todo nivel, tanto entre gobiernos que temen a sus vecinos y por ende se llenan de armas, como entre grupos sindicales que buscan adquirir privilegios y derechos, y por ende la prosperidad del empleador es contraria al objetivo. Y también se aplica en la convivencia diaria: como convencemos a ese tachero culorroto que nos garronea en el cruce de que respetar la preferencia del otro es lo mejor para su prosperidad futura? como va a entender esa vieja chota que se para en el medio de la escalera mecánica que dejar pasar a los que van más apurados la puede favorecer en algún sentido?
Imposible? quizá; si es así el mundo seguirá siendo un lugar horrible para una gran parte de su población, y la solución sea que yo u algún supervillano rival lo someta a su yugo. Quizá no, quizá la inteligencia todavía pueda sobrevivir y extenderse en esta guerra donde la animalidad tiene las tasas de natalidad a su favor, y creo que hay ejemplos para alentar la esperanza.

En todo caso, los efectos tardarán algunas generaciones en sentirse. Qué hacemos mientras tanto, los que odiamos al humano pero no podemos alejarnos de él, porque somos parte del mismo y en cierta forma también parte del problema? Dónde nos escondemos a esperar que la gente sea menos gente? ..... ah, carajo, si fuera tan fácil....

viernes, 9 de mayo de 2008

Wherever I may roam


Like all great travellers, I have seen more than I remember, and remember more than I have seen. ~Benjamin Disraeli













Bueno, hace dos semanas que volví de Europa. Además de seleccionando, corrigiendo y subiendo a Picasa las miles de fotos que sacamos- de las cuales una gran cantidad son a la oscuridad, luces que se mueven, o mi dedo, pasé estos días pensando cómo retomar el blog, como vertir mis impresiones del viaje en un post maravilloso que ilumine a mis coterráneos sobre el ancho mundo de hoy, y que haga parecer a Marco Polo un viejo aburrido que no sale mucho de casa.

Pero no. No tengo una idea concreta, ni un mensaje trascendente que aporte nada nuevo a nadie. En parte confirmé las opiniones que tenía en la previa, las sorpresas fueron puntuales y no demasiado grandes. Aprendí un poco de historia, algunas palabras en idiomas nuevos, y aprendí un poco sobre mí mismo también, y sobre mi esquizoide forma de relacionarme con quienes me rodean. Experimenté (creo que todavía me dura) el aura de sinsentido que rodea el trabajo y las tareas rutinarias cuando uno vuelve de un viaje, algo especialmente complicado cuando no se está conforme con el trabajo en primer lugar.

Creo que la única conclusión definitiva es que no se puede conocer realmente un lugar visitándolo unos pocos días. Al final del día, la sensación de estar simplemente rascando la superficie de las cosas es inevitable, y un poco desmoralizante pensar que se está en un "trial period" que dura muy poco y para el que no tenemos la clave de registro (por ahora).
Ojo, no estoy diciendo que viajar como turista no valga la pena, aún con tiempo y plata tan limitados. Hay obras de la ingeniería y de la naturaleza que merecen ser vistas así sea una sola vez en la vida; las visitas fugaces dejan al menos una primera impresión que estimula la imaginación y sirve de fundamento para decidirse a una experiencia más profunda en el futuro; el ritmo de vida del mochilero genera una dinámica en el aprovechamiento del día que muchos no logramos en la rutina normal; y por sobre todas las cosas, la pasamos bárbaro durante la mayor parte del tiempo.
Pero siempre queda esa espina de estar viendo las cosas en cierta forma de afuera, ese vacío de ser uno más en una cola de turistas que esperan cámara en mano a que esa japonesa pelotuda termine de sacarse fotos delante de esa puta fuente tan famosa.

Y, a la vez, mi naturaleza bipolar me hace pensar en el que siempre vivió cerca de esa fuente y que siempre vió la ciudad de adentro, y si sabrá apreciarla de la misma forma que los que la vimos ayer por primera vez. Y cómo nosotros mismos no apreciamos lo que tenemos en casa de la misma forma que un visitante. Quizá lo mejor sea estar de los dos lados alguna vez.
Puta, el inconformismo humano. Cómo evolucionamos más allá de las rata-lagartos, siempre me parecerá un milagro.

Hay otras impresiones secundarias del viaje, sí, pero serán tema de próximos posts.

miércoles, 12 de marzo de 2008

15' más, mami !!



No nos podemos quejar de la falta de material para leer en estos días... por tirar algunos títulos nomás,
la "Guía Putin para la Democracia", la fantástica comedia política "Mándeme esos batallones, señor Comandante" de los dramaturgos Chávez-Correa, la telenovela norteamericana "Hillary, no digas que Obama dijo que dijiste lo que dicen que Hillary no dijo", o en el panorama local "Médicos, Pesados y Árboles: tres años de improvisación" del Pastor Vázquez con inspiración, otra vez, del gran dramaturgo venezolano....
podría ahondar en estos materiales; podría seguir mis disquisiciones sobre la malignidad inherente a la mente humana, podría enumerar cómo los quistes mentales que el catolicismo ha dejado en nuestras sociedades todavía se resisten a abandonarnos, podría explayar mi concepto de que el fin de los conflictos en el mundo depende de tirar abajo las ideologías, y esto sólo va a pasar cuando los pueblos se den cuenta que sus intereses económicos van en contra de las mismas.... podría seguir luchando futílmente por una sociedad donde las personas no le rompan tanto los huevos a sus vecinos, algo tan simple como simplemente considerar la existencia de los demás....

Pero no tengo tiempo... varias veces me senté dispuesto a escribir algo nuevo, y otras tantas veces lo abandoné por tareas más urgentes y falta de energía para redondear las ideas como quiero.... así se van acumulando los borradores de posts que capaz algún día termine, mientras las legiones de lectores y fans (???) se preguntan dónde estoy, o si abandoné mi campaña de conquista mundial....
Lo cierto es que el cansancio físico y mental ha sido más fuerte... tuve que preparar un examen de facultad, tengo más trabajo que nunca, y en menos de dos semanas estaré poniendo rumbo a Europa, para recorrer varias de sus principales ciudades durante un mes... reservas, documentos, planificaciones, calzoncillos, ¡plata !!!.... la lista de cosas que tengo que resolver en estos días es agotadora de sólo pensarlo, para un luchador pasivo como yo.

Así que simplemente escribo esto para anunciar que no abandoné este blog, pero que va a seguir sin posts nuevos por un tiempo más...

Por otro lado, espero tener un montón de temas que comentar a mi vuelta de Europa, donde como dije anteriormente la lucha entre la civilización y la barbarie se está librando, en cada escuela y en cada casa de inmigrantes....

Hasta dentro de unos días, si el mundo no revienta